Veo de lejos una luz
Y no me rindo.
Me he muerto y estoy mirando,
cual niño pequeño, la vida,
absorta, perdida
y no me rindo.
Se me han oxidados las ideas
en el peripato repateado
y las olas que antes mojaban
las puntas de mis pies
ahora resecan las piedras
que uso para tener agua en mi boca.
Y el agua no me espera
y no me rindo.
domingo, 24 de enero de 2010
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