En un rincón tranquilo de mi mente
algunas cosas permanecen intactas
protegidas por el escrutinio tacto demoledor
de las cosas auténticas que no piden pan
porque solo necesitan ser ellas mismas.
En otro un remolino arrollador arrastra tras de si
todo lo pasajero y voraz de momentos frugales.
A veces lo inamovible se deja llevar y quiere
jugar a la ruleta rusa con el resto menos estable
por no tener raices y dignidad.
Entonces no gana nadie porque
cuando la tormenta cesa todos vuelven
a ser los que fueron y algunos nuevos
se atreven a jugar con fuego.
Nada de lo que soy me pertenece,
nada es de mi propiedad absoluta,
Todo es regalo de mi pobre corazón
y en un lugar tranquilo de mi mente
algo me dice siempre que hay tregua
y podemos volver a jugar
con la lluvia con la nube y con el tiempo
y que todo es calma, que todo es caos liberador,
que todo nos lleca al punto de partida donde
hay un lugar tranquilo para nuestra mente.
*Claro que si te quedas quieto jamás podrás jugar.
Alguien tendrá que mover la ruleta rusa...
viernes, 18 de noviembre de 2011
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