penumbra que delata el frio de mi interior,
la sangre de un tormento y
la fuerza de un tambor.
Ya no canta mi boca
y mis manos ahora mas arrugadas
tocan las mismas herramientas
que ya cansadas retocan
los últimos halos del día
sintiendo por dentro derrota tras derrota,
Ya no me importa la espada
que a veces lucha sola

escupiendo las entrañas ya muy rotas.
Ahora soy pobre idiota
que tantea los recuerdos
limando historia por historia
Que junto a los espectros, la penumbra y el viento
aun queda un espíritu
que cual Ave Fenix renace en cada momento
y juega con los diablillos del destino
a ponerle para que no cesen de caminar
en el corazón a los verdaderos caballeros un ünguento.
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