-Perdone, vamos a ver, no es que rece con mi indiferencia
pero he creido ver mi reloj de cuco en sus manos.-
-No se preocupe, cual quiere... el pintado en azabache
o tal vez el mas colorido.
-Pues no sabría decirle... aconsejeme usted.
-Bien- comenzó a explicar y a erizar la punta de su
bigote con la punta de sus dedos- yo le aconsejo el
mas modesto. Nadie tendría deseos de quitarselo
y no se preocupe si nadie aprecia sus curvas y sus líneas.
La gente esta muy ocupada con su tiempo, realmente no
repararían en su diseño a no ser que el portador fuera interesante.
-Me esta diciendo que no soy interesante- increpó el otro.
-No, le estoy diciendo que el tiempo no será interesante para
alguien que repare en usted, total en ese caso el cuco
quedaría siempre en segundo plano.
-Dejeme preguntarle... porque habla usted de cucos cuando
estabamos hablando de corazones?-aseveró el señor.
-Por que es mejor no nombrarlo. Recuerde que si el suyo
esta roto fue por mostrarlo demasiado...
3 comentarios:
Me gusta pero aunque los corazones se rompan por mostrarlos también se marchitan por ocultarlos
http://ladama-del-alba.blogspot.com/2010/06/la-bruja-del-tibet.html
Estoy de acuerdo pero en este mundo tambien caben los corazones rotos anonimos.Este pekeño relato tan solo es un ejemplo de lo ke hace la sociedad con las almas puras.
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