La noche y los sueños cuidan de mí.
Y en la incertidumbre
solo yo soy capaz de entender lo que digo.
No me mata ni me muero.
No reviento de ganas
al ver los paraguas abiertos.
A veces tengo frío,
otras rabia,
a veces me cuelgo en el pelo del viento
pretendiendo que éste me subleve
a sitios sin injusticia y sin hambre.
La noche a mi me cuida.
En el día a veces siento
que mi corazón hace las paces.
Este mundo no esta lleno solo de miserables.
A mi las plantas me sonrien,
para mi los niños hacen del mundo algo agradable.
¿Donde está ese rumbo que a mi me nace?
¿Donde las flores?
¿Donde las huellas?
¿Dónde tu paces?
A mi la noche me cuida,
a tí te abandona a retales.
A mi la vida me llama,
a tí no te da ni señales.
¿A donde miro en la duda?
¿A donde miras tu que
ni tus ojos combaten?
La noche a mi me cuida,
me envuelve imaginando otros lares.
Me sorprende levantarme con todas esas dudas tuyas
que se convierten en mi espacio
en risas y a la vez verdades.
Cuidando de la noche ando.
Anhelando entre sueños encontrados
que destapes esta mentira que yo veo,
que cuides de tus andares,
que no te atormentes de la lluvia,
que no salgas si no ves al menos
una de esas señales.
Que a mí la vida me irrumpe,
me zarandea y me transporta por cientos de canales,
que lo malo siempre viene,
que lo mejor no es cosa aparte,
que a mi me cuida la noche,
aunque me pierda y vuelva a encontrarme,
pero tu andas perdido
y no te buscas...
perdido entre todas esas calles.
jueves, 6 de noviembre de 2008
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